El tubo nasogástrico es un dispositivo médico fundamental en la atención de pacientes que requieren nutrición enteral, drenaje gástrico o administración de medicamentos. Seleccionar el tipo adecuado es esencial para garantizar la eficacia del tratamiento y minimizar complicaciones.
Principales tipos de tubos nasogástricos
Sonda Levin: De un solo lumen y fabricada en PVC, se utiliza para alimentación y administración de medicamentos. Es adecuada para usos a corto plazo debido a su rigidez.
Sonda Salem: Posee doble lumen; uno para drenaje y otro para ventilación, lo que previene la succión de la mucosa gástrica. Es común en procedimientos de descompresión gástrica.
Sonda Freka: Hecha de poliuretano, es más flexible y permite una duración prolongada (hasta 8 semanas). Es ideal para nutrición enteral a largo plazo.
Factores para elegir el tubo nasogástrico adecuado
Material: El PVC es económico pero rígido, adecuado para uso corto. El poliuretano y la silicona son más flexibles y cómodos, recomendados para usos prolongados.
Calibre: Se mide en French (Fr). Calibres menores (8-12 Fr) son más cómodos para el paciente y adecuados para nutrición. Calibres mayores (14-18 Fr) se utilizan para drenaje o lavado gástrico.
Duración del tratamiento: Para tratamientos cortos, se puede optar por sondas de PVC. Para tratamientos prolongados, es preferible utilizar sondas de poliuretano o silicona, que ofrecen mayor comodidad y menor riesgo de complicaciones.
Conectores: Los conectores ENFit son estándar para nutrición enteral, reduciendo el riesgo de conexiones erróneas. Es importante asegurarse de que el conector sea compatible con los dispositivos de administración utilizados.
Conclusión
La elección del tubo nasogástrico debe basarse en las necesidades específicas del paciente, considerando el tipo de tratamiento, la duración prevista y las características del dispositivo. Una selección adecuada mejora la eficacia del tratamiento y reduce el riesgo de complicaciones.