El tubo nasogástrico (NG) es un dispositivo médico esencial para la administración de nutrición, medicamentos o drenaje gástrico en pacientes que no pueden alimentarse por vía oral. A continuación, se presentan respuestas a las preguntas más frecuentes sobre su uso, basadas en la experiencia de profesionales de la salud.
¿Qué es un tubo nasogástrico y para qué se utiliza?
Es un tubo delgado y flexible que se introduce por la nariz hasta el estómago. Se emplea para:
Administrar alimentación enteral en pacientes con dificultades para tragar.
Suministrar medicamentos directamente al estómago.
Drenar contenido gástrico en casos de obstrucción intestinal o intoxicaciones.
¿Cuánto tiempo puede permanecer colocado?
Generalmente, se utiliza por períodos cortos, entre 4 y 6 semanas. Para necesidades prolongadas, se considera la colocación de una gastrostomía.
¿Cómo se verifica su correcta colocación?
Se puede comprobar aspirando contenido gástrico o mediante la inyección de aire y auscultación abdominal. En algunos casos, se recurre a radiografías para confirmar su posición.
¿Cuáles son los cuidados necesarios?
Mantener la sonda limpia, enjuagándola con agua tibia antes y después de cada uso.
Asegurar una correcta fijación para evitar desplazamientos.
Observar signos de irritación en la nariz o garganta y consultar al médico si aparecen.
¿Qué complicaciones pueden surgir?
Las más comunes incluyen obstrucciones, irritación nasal, náuseas o malestar estomacal. Una colocación incorrecta puede llevar a complicaciones más graves, como aspiración pulmonar.
¿Es posible llevar una vida normal con un tubo nasogástrico?
Sí, con los cuidados adecuados, los pacientes pueden realizar muchas de sus actividades diarias. Es fundamental seguir las indicaciones médicas y mantener una higiene rigurosa.