Los tubos de alimentación para pacientes son dispositivos médicos diseñados para administrar nutrientes líquidos, medicación y agua directamente al estómago o intestino cuando la vía oral no es factible o está contraindicada. Su uso es frecuente en cuadros de disfagia, postoperatorios de cirugía digestiva, trastornos neurológicos o estados de coma. La correcta selección del tipo, calibre y material de la sonda garantiza la seguridad, comodidad y eficacia de la nutrición enteral.
Aspectos clave en la elección
Vía de acceso: Nasogástrica (nariz→estómago), nasoyeyunal (nariz→yeyuno) o gastrostomía (pared abdominal→estómago).
Calibre: Medido en French (Fr), donde 1 Fr = 0,33 mm. Calibres pequeños (8–10 Fr) ofrecen mayor tolerancia; calibres grandes (12–16 Fr) facilitan aspiración y administración de fórmulas densas.
Material: PVC (económico y rígido), silicona (flexible y biocompatible) o poliuretano (suaviza con la temperatura corporal).
Duración de uso: Temporal (<4–6 semanas) suele emplear sondas nasales; a largo plazo (>6 semanas), preferir gastrostomías.
Beneficios y riesgos
Ventajas:
Asegura aporte calórico y de líquidos
Permite administración controlada de medicación
Reduce riesgo de aspiración si se confirma posicionamiento
Precauciones:
Verificar colocación (pH, radiografía)
Controlar fijación para evitar desplazamientos
Realizar lavados periódicos con agua estéril
A continuación, un cuadro resumen de tipos y características:
Tipo de tubo | Calibre (Fr) | Duración típica | Material común | Ventaja principal | Riesgo asociado |
---|---|---|---|---|---|
Nasogástrico (SNG) | 8–12 | Corta (<6 semanas) | PVC o poliuretano | Rápida colocación disponible | Irritación nasal; displacement |
Nasoyeyunal (SNY) | 8–10 | Corta-mediana | Silicona o PVC | Menor riesgo de reflujo | Molestia nasal; requiere radiografía |
Gastrostomía (PEG) | 12–16 | Prolongada | Silicona o poliuretano | Confort a largo plazo | Infección periestomal |
Gastrostomía quirúrgica | 12–16 | Prolongada | Silicona | Acceso directo estable | Cirugía mayor; cicatrización |
Buenas prácticas de manejo
Confirmación de posición: Comprobar pH gástrico o imagenología antes de iniciar la administración.
Fijación: Utilizar dispositivos o apósitos para evitar tracción accidental.
Lavados: Realizar con 20–30 mL de agua estéril antes y después de cada uso para mantener la permeabilidad.
Monitoreo: Observar signos de irritación cutánea, obstrucción del tubo o malestar del paciente.
Una selección adecuada y un protocolo de cuidados riguroso garantizan que el tubo de alimentación cumpla su función terapéutica, optimizando la nutrición y el bienestar del paciente.
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