El sistema de aspiración cerrado es un dispositivo diseñado para la eliminación de secreciones bronquiales en pacientes intubados o con traqueostomía sin interrumpir la conexión al ventilador mecánico. Su uso aporta seguridad y eficiencia en la atención respiratoria en unidades de cuidados intensivos y emergencias. A continuación, se describen sus componentes, características y aplicaciones más relevantes.
Componente | Función | Ventaja principal |
---|---|---|
Catéter multilumen | Canal de aspiración y lumen para oxígeno/aire | Permite aspirar y mantener presión positiva |
Recipiente recolector sellado | Almacena secreciones sin exposición al aire | Reduce riesgo de contaminación y pérdida de PEEP |
Conexiones Luer lock | Uniones seguras con tubo endotraqueal | Evitan desconexiones accidentales |
Puerto de lavado interno | Inyecciones de solución salina estéril | Desobstruye catéter sin retirarlo del circuito |
Filtro de bacterias/virus | Filtra retorno de partículas | Protege al paciente y al equipo de contaminación |
El procedimiento de aspiración cerrado se realiza insertando el catéter multilumen hasta la carina o zona de mayor acumulación de secreciones, activando la succión por un breve periodo (10–15 segundos) mientras se administra gas estéril para evitar colapso alveolar. Gracias al recipiente recolector hermético, las secreciones quedan contenidas sin entrar en contacto con el ambiente, lo que disminuye el riesgo de infecciones nosocomiales y mantiene la presión positiva final espiratoria (PEEP) durante el proceso.
Principales ventajas
Seguridad microbiológica: Al mantener un circuito cerrado, se minimiza la exposición a patógenos tanto para el paciente como para el personal sanitario.
Estabilidad ventilatoria: No interrumpe la ventilación mecánica, evitando desaturaciones y cambios bruscos en la presión intratorácica.
Mayor comodidad y eficiencia: Reduce el número de desconexiones manuales y agiliza el procedimiento, optimizando tiempo de enfermería.
Indicaciones y recomendaciones
Pacientes con ventilación mecánica > 48 h o secreciones espesas persistentes.
Personas con alto riesgo de atelectasias o inestabilidad hemodinámica.
Se aconseja aspirar sólo cuando sea necesario, evitando maniobras rutinarias programadas que pueden lesionar la mucosa traqueal.
Cambiar el sistema cada 72 – 96 h o según protocolo institucional para asegurar funcionalidad y asepsia.
En conclusión, el sistema de aspiración cerrado constituye un avance en la gestión de secreciones respiratorias en pacientes críticos, ofreciendo un equilibrio entre eficacia y protección microbiológica, y contribuyendo a mejorar los resultados clínicos y la seguridad en las unidades de cuidados intensivos.
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