Una bolsa de almacenamiento de orina es un dispositivo médico diseñado para recoger y retener la orina procedente de la vejiga de pacientes con sonda vesical o urostomía. Generalmente está fabricada con materiales biocompatibles e impermeables, como PVC libre de ftalatos, y cuenta con válvulas antirretorno que evitan el reflujo. Existen diversos modelos adaptados a las necesidades de cada usuario, desde bolsas de pierna discretas y de pequeño volumen hasta sistemas de gran capacidad para uso nocturno o domiciliario. El correcto manejo de estas bolsas es fundamental para prevenir infecciones urinarias, garantizar la comodidad del paciente y facilitar el autocuidado.
Las principales características de una bolsa de orina incluyen:
Capacidad: varía entre 500 mL y 3 L según el modelo.
Conectores universales para adaptarse a sondas de diferente calibre.
Válvula de vaciado con cierre hermético, que permite un vaciado seguro sin manipulación directa del orificio de drenaje.
Soportes o correas (en bolsas de pierna) que facilitan el ajuste a la pantorrilla o muslo, permitiendo movilidad y discreción.
Material antialérgico y translucidez, para observar el color y el volumen de la orina sin abrir el compartimento.
A continuación, se presenta un cuadro comparativo de los tipos más comunes:
Tipo de bolsa | Capacidad | Material | Uso principal | Ventajas |
---|---|---|---|---|
Bolsa de pierna | 500–750 mL | PVC suave, libre de ftalatos | Uso diurno y actividades cotidianas | Discreción, movilidad, fácil de ocultar bajo la ropa |
Bolsa nocturna | 1.5–3 L | PVC rígido/translúcido | Recolección nocturna en cama | Menos cambios, menor riesgo de vaciado frecuente |
Bolsa de urostomía | 500–1 L | Polietileno multicapa | Recolecta orina de estoma urinaria | Adaptada a estomas, antirretorno eficaz |
Bolsa de muestreo | 100–200 mL | PVC delgado | Obtención de muestra estéril para análisis | Desechable, esterilidad garantizada |
Para su correcta utilización, el personal sanitario debe enseñar al paciente o a sus cuidadores a:
Lavar y secar manos antes y después de manipular la bolsa.
Colocar la bolsa por debajo del nivel de la vejiga para favorecer el drenaje por gravedad.
Evitar tracciones sobre la sonda, fijándola firmemente a la piel con cinta hipoalergénica.
Vaciar la bolsa con frecuencia (cada 6–8 horas o cuando alcance las dos terceras partes de su capacidad) para reducir el riesgo de reflujo y formación de sedimentos.
Inspeccionar regularmente el color, olor y turbidez de la orina, pues cambios pueden indicar infección o deshidratación.
Un mantenimiento adecuado y una correcta elección del tipo de bolsa según el estilo de vida y las necesidades del paciente contribuyen a mejorar la calidad de vida, prevenir complicaciones y promover la autonomía en el autocuidado.
Bolsa de drenaje de orina > |