El equipo de respiración para anestesia es un conjunto de dispositivos médicos diseñados para mantener y controlar la ventilación del paciente durante procedimientos quirúrgicos bajo anestesia general. Su función principal es asegurar un aporte continuo y seguro de gas anestésico mezclado con oxígeno, garantizar la eliminación de dióxido de carbono (CO₂) y proteger las vías aéreas del paciente.
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Componentes principales
Circuito respiratorio: Consta de tubos corrugados (inspiratorio y espiratorio) que conectan la fuente de gases al paciente y al sistema de absorción de CO₂. Suele incluir válvulas unidireccionales que evitan la reinalación de gases ya expirados.
Absorbedor de CO₂: Contiene cal sodada o hidroxóxido de litio para eliminar el CO₂ de la respiración exhalada, permitiendo el reciclaje de gases y reduciendo el consumo de anestésico.
Válvula de seguridad (Pop‑off): Evita la sobrepresión en el circuito expulsando el exceso de gas cuando la presión supera el umbral establecido, protegiendo así pulmones y alvéolos.
Bulbo de reanimación (Ambú): Utilizado en ventilación manual o de respaldo, permite insuflar manualmente aire/anestésico al paciente en situaciones de emergencia o fallo del ventilador automático.
Filtros y humidificadores: Algunos sistemas incorporan filtros HEPA y dispositivos de humidificación para humidificar y filtrar el gas inspirado, reduciendo infecciones y manteniendo la mucosa traqueal en condiciones óptimas.
Modo de funcionamiento
El anestesiólogo selecciona la mezcla de gases (oxígeno, óxido nitroso y agentes volátiles) en el vaporizador. El gas fluye a través del circuito inspiratorio hacia el paciente; al exhalar, el gas pasa por el absorbedor de CO₂ antes de retornar a la fuente o ser expulsado a la atmósfera, según el sistema sea cerrado, semi‑cerrado o abierto.
Ventajas y consideraciones de uso
Seguridad del paciente: Control preciso de volúmenes y presiones respiratorias evita barotrauma y asegura intercambio gaseoso adecuado.
Eficiencia de consumo: Sistemas semi‑cerrados optimizan el uso de anestésicos volátiles y minimizan costes.
Adaptabilidad: Disponibles para adultos, pediatría y neonatos con diferentes calibres de mangueras y ajustes de presión.
Mantenimiento: Requiere comprobaciones preoperatorias de fugas, calibración de válvulas y sustitución rutinaria de absorbedores y filtros.
En conjunto, el equipo de respiración para anestesia es indispensable para la práctica anestésica moderna, combinando tecnología de precisión con mecanismos de seguridad que protegen al paciente y optimizan el uso de gases anestésicos.